Meditación Gassho.

Gassho, es una palabra de origen japonés que significa literalmente «las palmas de las manos juntas», y es una antigua expresión de saludo, petición, gratitud, veneración o súplica.

La meditación Gassho, es una técnica de meditación, enseñada por Mikao Usui, para calmar y concentrar la mente; está diseñada para recargarnos, de aquella energía nueva y limpia, que requerimos para fortalecer nuestra fuerza vital.

Esta meditación, tiene la virtud de reestructurar nuestros pensamientos, ideas, recuerdos, preocupaciones así como potenciar nuestra capacidad perceptiva a niveles insospechados, aumentando nuestro estado de conciencia. Fundamentalmente acrecienta nuestra capacidad intuitiva y creadora, facultad esencial del ser humano. Puede hacerse a solas o en grupo. Las meditaciones Gassho en grupo son una espléndida experiencia, debido a que la energía aumenta mucho más allá de la suma de energías individuales de los participantes, creándose así un ambiente lleno de energía Reiki (energía  universal).

La finalidad de la meditación Gassho es potenciar la energía del practicante y llevarlo a un estado espiritual meditativo. Practica todos los días esta meditación de mañana o bien por la noche, antes de acostarte, solo o en grupo durante 20 a  30 minutos.


Postura Gassho:

1. En un lugar tranquilo, siéntate cómodamente y junta tus manos delante del centro del corazón (chakra cardíaco). Repite tres veces la frase: «Pido a la Energía Universal / Reiki,  que fluya a través de mi», sosteniendo las manos de tal manera, que el aire exhalado salga por la nariz rozando suavemente la punta de los dedos. Esto deberá indicarte a qué altura sostener preferentemente las manos. Si es posible, mantén los ojos cerrados durante todo el tiempo, de manera de favorecer la concentración.

2. Durante el transcurso de esta meditación inhala por la nariz y exhala por la boca. Se recomienda en general colocar la lengua arriba sobre el paladar mientras se inhala; durante la exhalación la lengua deberá bajar y colocarse sobre la base de la boca. Esto completa el círculo de la energía del cuerpo-espíritu.

3. Cierra los ojos y siéntate en forma relajada sobre una silla o bien sobre el suelo en posición de loto completa o parcial. La espalda debe estar lo más recta posible, pero sin forzar la postura, se trata de estar con el tronco erguido pero relajado. Si es necesario, puedes apoyar tu espalda contra la pared. Enfoca tu atención entera en el punto de encuentro de los dos dedos del medio (dedos corazón).  Trata de dejar la mente en blanco. Si algún pensamiento viene a tu mente, déjalo ir, no lo retengas. Trata de relajarte lo mejor posible, siempre concentrándote en la unión de los dedos del medio.

4. Si te resulta doloroso mantener ambas manos juntas ante tu pecho durante veinte minutos, apóyalas sobre tu regazo (manteniendolas juntas) en una posición confortable y sigue meditando.

5. También pueden ocurrir fenomenos energéticos, como que tus manos o columna vertebral se caliente mucho, obsérvalo pero no dejes que te influya. Siempre vuelve a poner el foco en los dos dedos del medio.

6. Si debes modificar tu posición sentada, muevete de manera lenta: deliberada y consciente. En mi experiencia, resulta más fácil meditar cuando la columna se halla lo más recta posible, y la cabeza no se vuelca hacia delante, atrás o al costado. Imagina que tu cabeza está adherida a un globo lleno de helio, que gentilmente la mantiene en la posición perfecta.

Las indicaciones para este tipo de meditación son simples: concentra toda tu atención en el punto en que se encuentran tus dedos del medio y olvida todo lo demás.

De esta manera, se inician también las terapias, antes de empezar a trabajar con un paciente, sólo que se hace más brevemente.

Esta meditación, además de lograr un estado de armonía y paz interior, te permite conectarte  con la energía Universal (en japonés Reiki), logrando así cerrar tus circuitos energéticos después de equilibrarlos o armonizarlos, limpiando y recargando cada uno de tus chacras con la energía Universal.